Con
el camino ya recorrido, y el trabajo realizado, sólo me queda
recoger las alforjas, y mirar hacia delante. Pero yo, alma
nostálgica, soy de volverme mucho y mirar atrás. Sobre todo cuando
al volverme sólo veo cosas bonitas, momentos hermosos y vivencias
intensas.
Y
pesan. Las alforjas pesan. Van bien cargaditas.
Van
llenas de emociones, de aprendizajes -los míos propios y los de mis
niños y niñas, llenas de experiencias, de rodaje para el futuro, de
risas, de lágrimas también, de ideas, de recuerdos, de generosidad,
y de compañerismo.
No
puedo recoger alforjas sin antes agradecer a todos y todas lo fácil
que me han hecho esta andadura, mi andadura por el Manuel Alonso, y
muy especialmente por este Segundo Ciclo, que forma ya parte de mí.
Agradezco a mis niños y niñas su cariño incondicional. Agradezco a
sus familias -padres y madres- la colaboración y el apoyo que
siempre han mostrado.
Y
agradezco a mis compañeros/as su generosidad. A todos y cada uno de
ellos : a los que están aún y a los que formaron parte de esto. A
mi teacher Carmen, con la que la afinidad y la complicidad van más
allá de los muros del colegio. A los equipos directivos, el de hoy y
el de ayer, que siempre han apreciado mi trabajo.
A
mi Segundo Ciclo, que día a día valora y realza las cualidades de
cada maestro/a, y minimiza las limitaciones, y donde cada cual pone
sus saberes al servicio de los demás.
Permitidme
que los últimos renglones sean para mi COMPAÑERO Luís.
He
dicho algunas veces, entre risas, que trabajar con él es como
subirse a una montaña rusa : nadie queda indiferente. Ha sido como
hacer un máster doble...pero mucho más barato.
¡Cuántas
veces tendré que mirar atrás!
Compañero
con mayúsculas. Generoso, flexible, creativo, incombustible,
inquieto, curioso, sensible y con una capacidad de trabajo
abrumadora. Un verdadero referente.
¡GRACIAS!